Con una inversión superior a los ¢1.100 millones en recursos del bono de vivienda, el Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI) financió el desarrollo del proyecto Kilómetro 20, destinado a resolver el problema habitacional a un grupo de 55 familias en condición de vulnerabilidad del cantón de Golfito.
La inversión en bonos de vivienda realizada por el BANHVI ascendió a ¢1.109,5 millones – a través del Fondo de Desarrollo y Asignaciones Familiares (Fodesaf) – para dar techo a unas 260 personas en total, entre las que figuran menores de edad y adultos mayores.
La población beneficiada corresponde a familias en extrema vulnerabilidad, el 65% de las cuales están a cargo de mujeres, destacando la inversión social integral en este proyecto para asegurar la calidad de vida de las personas beneficiadas.
La urbanización, por su parte cuenta con un reforzado sistema de evacuación de aguas pluviales, muy importante en esa zona lluviosa, hidrantes, alumbrado público, áreas para juegos infantiles, facilidades comunales, y áreas verdes. Las calles son asfaltadas con demarcación horizontal y vertical, con las respectivas aceras por toda la urbanización y rampas en las esquinas y en las áreas de paso peatonal para personas con discapacidad.
Según explicó la ministra Irene Campos Gómez este proyecto es una muestra de los esfuerzos del Estado costarricense en favor de las familias más necesitadas del país.
“Ahora quienes anteriormente vivían compartiendo áreas reducidas en asentamientos informales o compartiendo cuartos con familiares, contarán ahora con una vivienda digna, donde tendrán condiciones más seguras, una estructura adecuada y espacios suficientes para su desarrollo”, agregó la ministra Campos.
Viviendas y núcleos familiares
El estudio socioeconómico realizado a los grupos familiares reveló que el 65% de los hogares están cargo de mujeres.
Las primeras 55 familias que habitarán el proyecto Kilómetro 20 viven en situación de extrema necesidad, cuyos ingresos no superan los ¢300.000 mensuales provenientes de trabajos ocasionales o informales, pensiones del Estado, pensiones alimenticias y ayudas de instituciones sociales.
Las viviendas se han edificado en estricto apego con lo establecido en la normativa nacional sobre calidad constructiva, código sísmico, eléctrico, cimentaciones y de instalaciones hidráulicas, entre otras.
Sistemas reforzados
La urbanización, por su parte cuenta con un reforzado sistema de evacuación de aguas pluviales, muy importante en esa zona lluviosa, hidrantes, alumbrado público, áreas para juegos infantiles, facilidades comunales, y áreas verdes. Las calles son asfaltadas con demarcación horizontal y vertical, con las respectivas aceras por toda la urbanización y rampas en las esquinas y en las áreas de paso peatonal para personas con discapacidad.
En cuanto a equipamiento urbano, el proyecto se ubica en un entorno rural, pero en sus alrededores cuenta con escuela primaria, comercio en pequeña escala, edificios para actividades religiosas y comunales, así como con servicio de acueducto rural.
A seis kilómetros de distancia, en Río Claro, existen oficinas de entidades públicas, sucursales bancarias, Ebais, educación secundaria, estación de bomberos y amplia actividad comercial.
La construcción del proyecto estuvo a cargo de la empresa Urbanizadora Valverde Calderón y Asociados S.A. y el sistema utilizado es el prefabricado de columnas y baldosas horizontales.
Coopealianza R. L como entidad autorizada del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda, fue la responsable de la supervisión de las obras y el adecuado uso de los recursos del bono.