Los 1 326 Asistentes Técnicos en Atención Primaria (Atap) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) adaptaron su rol a lo largo y ancho del país para sumarse a la atención de la pandemia, sin descuidar su labor primaria de prevenir y educar en salud a los habitantes de sus comunidades.
La función del Atap en la visita domiciliar es llevar prevención primaria, por medio de la educación a la familia y campañas de vacunación y la promoción de la salud, explica el doctor Gabriel Ugalde Rojas, de la Coordinación Nacional de Enfermería.
“Con los inicios de la pandemia, el quehacer institucional se readecuó para proteger al personal de salud y también a los usuarios de nuestros servicios, situación que llevó a la adaptación del rol del Atap” dice Ugalde.
En lo que va del año este grupo de profesionales han realizado 229 mil visitas domiciliares a los hogares costarricenses, 478 565 atenciones virtuales telefónicas y 496 530 de seguimiento epidemiológico y de vacunas.
“Lejos de ponerse en pausa por el evento pandémico, el Atap ha tenido una participación activa en la atención de la salud de las personas, y hoy quiero agradecerles por el profesionalismo, mística y compromiso para llevar salud a todos los rincones del país” expresó el doctor Mario Ruiz Cubillo, gerente médico de la CCSS.
Adaptabilidad para acompañar a las comunidades
Las visitas domiciliares continuaron en diversos sectores del país, quizá no con el ritmo habitual, pero no se desatendió a la población que encuentra en el atap, por sus condiciones de vulnerabilidad, algunas veces, la única forma de acceder a los servicios de salud de la institución.
“Estas visitas se hacen priorizadas cuando no hay otra forma para hacer una recuperación de un rezago vacunal, llevarle a algún insumo a la familia, sea un tratamiento, un accesorio o material para su curación y atención de su necesidad” menciona Ugalde Rojas.
Adicional a esas visitas presenciales los Atap se dedicaron a realizar consulta virtual telefónica, empleando la tecnología y dispositivos móviles para llevar a cabo la actualización del Sistema Integrado de Ficha Familiar Móvil del EDUS, llamada “SIFF”, que abarcó a la fecha un total de 478 565 atenciones a lo largo y ancho del país.
“Con las llamadas telefónicas se comienza a interactuar con la familia, se actualiza la información demográfica, y con la guía y supervisión los coordinadores de enfermería se empiezan a identificar esas personas con alguna condición de riesgo que requieren ser referidas para atención directa por el médico sea presencial o por teléfono” destacó el doctor Gabriel Ugalde.
Esta información permite además determinar a miembros de las familias que tienen un riesgo o condición de vulnerabilidad para la covid-19 o para el agravamiento de su situación preexistente, sea un padecimiento crónico, embarazo o si es un adulto mayor.
Rol en la atención de la pandemia en las comunidades
Precisamente esa labor de contacto y conocimiento de sus comunidades les ha permitido brindar 496 530 atenciones de seguimiento epidemiológico y vacunación.
Este trazado epidemiológico ha sido clave para la lucha contra la covid-19 en las comunidades, ya que el Atap tiene a cargo el estudio de contactos de los pacientes con el virus, y gracias a la información geográfica que recolectan saben cómo se distribuye la gente y cómo se relacionan.
“Cada vez que se va a hacer un estudio de contactos, el Atap, se convierte en el actor al que se le llama, se le pide orientación, se trazan recorridos para poder darle seguimiento a los enfermos en sus domicilios, igualmente cuando los brotes se dan en empresas, justamente la información que proporciona es clave para todo lo que es el seguimiento epidemiológico” agrega el médico Gustavo Ugalde.
A partir del mes de setiembre, la Gerencia Médica emitió una instrucción de trabajo para retomar las visitas domiciliares a las comunidades, donde en primera instancia se hace un contacto telefónico con las familias y se explora que no hallan personas con riesgo de contagio que no estén en aislamiento por ser casos de covid-19 o por contacto.
“Con esa información se hace un cronograma de visitas para dar continuidad del servicio y atención directa, por ejemplo, toma de presión arterial, de medidas antropométricas, alguna vacunación o revisión de condiciones de saneamiento con la visita presencial una vez que se ha descartado la condición de riesgo de contagio” señala el médico.
En el área de salud Heredia – Cubujuquí están retomando esas visitas a la comunidad según cuenta Damnie Rodríguez Villegas, coordinadora de atención primaria, y quien tiene bajo su responsabilidad a los 22 atap de esta área de salud que abarca una población de 89 mil personas adscritas.
Sobre esta labor reconoce que el trabajo no ha sido sencillo, sobre todo porque si antes de la pandemia la gente era resistente a abrirles la puerta ahora el proceso ha sido más difícil, por la desconfianza de los usuarios de permitir el ingreso a los hogares.
“Este año 2020 obviamente por temor y pandemia ha sido más complicado, sin embargo, nos hemos reorganizado. Hemos ejecutado funciones vitales como mantener esquemas de vacunación completas en niños, adultos mayores, personas con padecimientos crónicos. En la vacunación de influenza nos readecuamos para poder colocar más de diez mil vacunas, con todos los protocolos que debíamos seguir y salimos avante” destaca Rodríguez Villegas.
En la adaptación del servicio a esa nueva realidad incorporaron las llamadas telefónicas que les ha permitido, según relata la funcionaria de salud, colaborar mucho en el tratamiento de los pacientes crónicos, no solo a nivel del área de salud, sino a nivel de especialidad.
“Somos el eslabón entre la comunidad y el área de salud, hemos aprendido que somos un personal sumamente versátil y que podemos adaptarnos a las situaciones con el fin de sacar la mejor estabilidad bio-psicosocial de los usuarios” afirma Dammie Rodríguez.