De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), 62 millones de personas viven con diabetes en la región, de ellos, más del 30% no se encuentra diagnosticado y alrededor del 65% no lleva un control adecuado de su enfermedad, pese a recibir algún tipo de medicación.
Según explicó el Dr. Arturo Rebollón, Gerente Médico de Sanofi a 88 Stereo, el descontrol se debe, en algunos casos, a la falta de recursos como glucómetros o alternativas de tratamiento, situaciones que complican el seguimiento y el manejo apropiado de esta patología.
En Costa Rica, según la última Encuesta de Factores de Riesgo Cardiovascular realizada por la Caja Costarricenses de Seguro Social (CCSS) en noviembre del 2019, el 14.8% de la población costarricense mayor de 20 años es diabética.
De ese porcentaje de población diabética, el 10.9% tenía diagnosticada la enfermedad, mientras que el 3.9 % no sabía que portaba el padecimiento, esto quiere decir que en el país hay aproximadamente 413 mil personas con diabetes y 34 mil de ellas no saben que tiene el padecimiento[4].
La dificultad para adquirir insulina es un aspecto que preocupa a las autoridades del mundo. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) este año creó el Pacto Mundial contra la Diabetes (PMD), cuya prioridad es aumentar el acceso para el manejo de la diabetes.1
El papel de la insulina en el control de la diabetes
La diabetes tipo 2 se genera cuando la producción de la insulina, hormona encargada de regular la glucosa, es insuficiente o el cuerpo no la usa adecuadamente, y requiere de apoyo adicional integral para regular los niveles de azúcar en la sangre.
“Según las guías de tratamiento que existen en el país, una vez detectada la patología, los pacientes deben modificar su estilo de vida, recibir medicamentos antidiabéticos orales y seguir un control periódico. Luego de 3 o 6 meses se realizará una evaluación y, si no se alcanza el objetivo terapéutico, se pasará a un segundo tratamiento oral y hasta un tercero. Si estas últimas opciones no controlan la enfermedad, se optará por la insulina”, explicó el Dr Rebollón.
Según enfatizó la especialista, en la actualidad, existen muchos mitos alrededor del uso de la insulina por parte de la población, que generan desconocimiento y, en consecuencia, hace que los pacientes rechacen el tratamiento de insulina inyectable, a pesar de que su médico lo recomiende como la mejor opción. En esa línea, el Dr. Rebollón enfatizó en que la insulina.
- No causa ceguera. Es falso que la diabetes no tratada desencadena diversos padecimientos como la ceguera. Sin embargo, al contrario de lo que se cree, la insulina tiene la función de controlar las complicaciones relacionadas con la enfermedad.
- No se prescribe en la fase final de la enfermedad. Cada tratamiento dependerá de las necesidades de cada paciente, pero, si la persona con diabetes lo requiere, cuanto antes se recurra a la insulina, mejor será el control de la patología.
- No genera dolor. Actualmente existen dispositivos de insulina con forma de lapicero y una aguja muy fina que son de fácil uso y no producen dolor, gracias a esta tecnología el paciente puede autoadministrarse la medicación.
- Se indica únicamente a pacientes con diabetes tipo 1. Quienes padecen diabetes tipo 2 también pueden necesitar insulina para controlar la glucemia, ya que los medicamentos orales pueden carecer de eficacia en diferentes casos.