El principio básico de que un conductor se detendrá con la luz roja del semáforo, o en la señal de Alto del cruce vial, es la que le permite a otros conductores, ciclistas y peatones seguir avanzando en la carretera; si esto no se cumple, las consecuencias podrían ser fatales.
Desde esta perspectiva, irrespetar la luz roja del semáforo o una señal de Alto son dos de las conductas castigadas de forma más severa en la Ley de Tránsito. Así, quienes cometan estas faltas, reciben una sanción de unos ¢227.000 y acumulan cuatro puntos en su licencia de conducir.
Según detalló Alberto Barquero Espinoza, Sub director de la Policía de Tránsito a nivel nacional, en los primeros cinco meses del 2021, se sancionaron 800 conductores por no respetar la luz roja y a otros 137 por no respetar la señal de Alto. Es decir, 917 conductores multados en lo que va del año.
“De las situaciones más peligrosas en carretera es cuando un peatón activa un semáforo peatonal y confía en que los conductores se detendrán, cuando no ocurre como la lógica impone, el riesgo de un atropello es altísimo y en ese sentido no solo debemos comprender lo fuerte de la sanción económica, sino de las consecuencias, incluso con posibilidad de prisión, en algunos casos. El semáforo con una fase más larga, ronda los 45 segundos, no entendemos por qué no nos podemos esperar, en lugar de cruzar en rojo o acelerar cuando el semáforo está en amarillo y sabemos que no llegaremos antes de que se ponga en rojo”, analizó Barquero.
Con la señal de Alto, la situación incluso puede ser más peligrosa, pues el conductor que viaja transversalmente no tiene un semáforo en el cruce que le advierta, según el color de la luz que, quizás, un conductor se vaya a tirar en rojo porque recién acaban de pasar carros en verde y amarillo; con el Alto es solo confiar en el respeto del otro conductor.