La pandemia COVID-19 vino a retar al sistema de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), y el Hospital Escalante Pradilla en Pérez Zeledón no es la excepción.
Por esa razón, en 88 Stereo quisimos entrevistar a la Directora del centro médico, Dra. Joicy Solís Castro, sobre cómo han enfrentado la demanda de hospitalización de pacientes COVID-19 durante esta pandemia, y si ya se vieron obligados a «elegir» a cuál paciente internar y a cuál no por falta de capacidad instalada.
Estas son sus respuestas:
¿Qué acciones han tenido que ejecutar para atender la sobredemanda de hospitalizaciones por COVID-19?
En su momento tuvimos que habilitar nuestra capacidad máxima como hospital de las camas COVID, lo cual requirió la transformación de servicios destinados habitualmente para otro fin, en espacios adaptados para la atención de pacientes COVID.
Tuvimos que hacer previsiones en la solicitud y compra de insumos, gases medicinales, medicamentos y equipos requeridos para la atención de este tipo de pacientes.
Con el visto bueno de la gerencia médica contratamos personal profesional adicional que incluyen médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería, asistentes de pacientes, terapistas respiratorios, microbiólogos, entre otros.
Tuvimos que tomar medidas a lo interno del hospital para garantizar la continuidad de otros servicios y áreas del hospital.
Además, se ha solicitado la colaboración a otros centros médicos del país para que recibieran pacientes que en su momento no tenían un cupo en el hospital, o que por su complejidad comprometían las capacidades de nuestro centro, y en ese sentido se realizan traslados de pacientes, casi a diario.
¿Ya han tenido que rechazar hospitalizar a alguien con COVID-19 por falta de capacidad instalada debido a la sobredemanda? ¿Qué ocurre con esas personas, son enviadas a casa?
Por el momento no hemos tenido que rechazar pacientes. Se envían a casa casos leves que por su condición en ese momento, no requieren aún ser hospitalizados, o cuya sintomatología al momento de ser valorados, no representa un peligro en el estado de salud del usuario.
Para usted, ¿Cuál es el reto moral más difícil de tener que elegir a quién se interna y a quién no en medio de la pandemia?
Por el momento la capacidad de nuestro hospital ha soportado la demanda de atenciones que hemos recibido, y se han hospitalizado los pacientes que se ha requerido. Por lo que nuestro criterio de elección por el momento no ha sido moral, si no clínico, según el estado de salud del usuario al momento de la consulta, y siguiendo los protocolos institucionales e internacionales en el tema.
¿Cómo afecta en este momento la sobredemanda de pacientes COVID-19 a los demás servicios que ofrece el Hospital Escalante Pradilla? ¿Cuáles son los más afectados y cómo hacen para seguir brindando la atención?
Nuestro hospital – gracias a la infraestructura con que cuenta, al apoyo recibido por la CAED, las Unidades Médicas Móviles y las gestiones canalizadas por nuestras autoridades superiores – nos ha permitido continuar con un funcionamiento bastante normal, entre lo que cabe, manteniendo prioridad a situaciones de emergencias, y de atención prioritaria.
Es así como gracias a las características de nuestro servicio de emergencias, pudimos adaptar con condiciones bastante adecuadas los usuarios tanto COVID como no COVID, sin variar de manera significativa la dinámica de atención de dicho servicio que es donde se concentran las áreas COVID en este momento.
De igual forma se ha tratado de mantener otras áreas de hospitalización con ocupación lo menor posible, como una medida de prevención en caso de que el número de internamientos se dispare aun más.
Las cirugías se han continuado realizando bajo estándares de estricta seguridad, y priorizando casos urgentes, emergencias, y cirugías prioritarias como las oncológicas.
Finalmente, las consultas externas tanto en medicina general como especializada, se han tratado de sostener haciendo uso de plataformas y recursos digitales, y a distancia. NO obstante las consultas presenciales se mantienen de forma presencial en algunos casos seleccionados y prioritarios, extremando medidas de bioseguridad entre los usuarios y en las salas de espera.