Cynthia Chinchilla es una generaleña de 37 años, vecina de la Hermosa en General Viejo, administradora de empresas y una apasionada ciclista de montaña. Es una joven mujer que disfruta la vida y que hoy enfrenta una difícil prueba que requiere de su apoyo y colaboración.
Su historial médico es amplio: la primera intervención ocurrió en el 2014 con una peritonitis generalizada, enfermedad pélvica inflamatoria, shock séptico, laceración intestinal y abdomen abierto, lavado y cierre de cavidad abdominal. Dichos procedimientos le ocasionaron una hernia incisional tratada mediante henioplastía que requirió una malla quirúrgica en el 2017.
En junio anterior, le diagnosticaron un tumor llamado pseudomixoma peritoneal (presencia de mucina, una especie de moco en la cavidad abdominal), un tipo de cáncer poco común.
Esta enfermedad para ser curada necesita una cirugía de extracción del tumor llamada citorreducción, y una quimioterapia a altas temperaturas (HIPEC) aplicada directamente en los residuos de tumor.
Lo anterior genera dos problemas: el primero es la negativa de los doctores a realizar el primer procedimiento debido al riesgo generado por las intervenciones sufridas con anterioridad, y segundo, la inexistencia de ese tipo de quimioterapia como tratamiento en el país, según explicó Chinchilla a 88 Stereo.
En caso de realizar únicamente la citorreducción, ella requerirá someterme cada cierto tiempo a otra operación ya que el tumor vuelve a crecer; además, el procedimiento que es muy riesgoso y no curativo.
“Lo peor fue cuando me dijeron: yo como médico no me la voy a jugar, y no me atrevo a operarla por el riego que implica, y no creo que mis colegas lo hagan, y así fue, ninguno se atrevió a operarme. En cierta forma entiendo la decisión que tomaron”, asegura tristemente, Chinchilla.
Eso ocurrió en el Hospital Escalante Pradilla de Pérez Zeledón, pero posteriormente le dijeron lo mismo en Oncología del San Juan de Dios.
Allí, el médico le mencionó: “solo vamos a dar seguimiento a su caso por medio de un TAC cada seis meses para ver el avance del tumor, y solo en caso de que ya usted no pueda caminar, comer, etc., operaríamos, de lo contrario no, porque ya usted ha tenido dos operaciones y habría que operar en la misma parte, además porque tiene una malla quirúrgica que dificultará aún más su situación”.
Es decir, en Costa Rica no le ofrecen el tratamiento que ella verdaderamente necesita.
No obstante, Cynthia – motivada por personas cercanas que la apoyan – decidió investigar por su cuenta, y descubrió que en España, Brasil, Estados Unidos y Colombia sí tienen especialistas en este tipo de tumores.
De hecho, después de mucho esfuerzo logró comunicarse con una paciente brasileña que presentaba su misma condición.
“Ya ella fue operada y me contactó con el médico que la operó. Esos doctores ya vieron mi caso, mis exámenes y el TAC. Ya tuve una cita virtual y también enviaron una estimación de costos. Me dieron mucha esperanza de que sí puedo ser operada y curada. Ellos son profesionales especialistas en casos como el mío y me recomiendan operarme lo antes posible, antes de que mis órganos se comprometan y sea demasiado tarde. Ellos quieren que viaje el 15 de enero del próximo año, e incluso ya reservaron el espacio para la operación”.
El problema radica en el costo tan elevado estimado para la operación, ya que asciende alrededor de $70.000 en Brasil. Por esa razón, la familia de Cynthia inició una campaña de recolección de fondos y usted puede colaborar.
Para hacer su donación sólo tiene que ingresar aquí.
Además, se puede colaborar mediante transferencia de Sinpe Móvil al número 84614711, o bien, usted puede escribir al correo juntosporcynthia.chinchilla@gmail.com para solicitar información de las cuentas bancarias.
“Para mí no es nada fácil esta situación, empezando porque no estoy bien, me podrán ver bien pero no lo estoy; segundo, porque no es fácil dar el paso para exponer lo que estoy viviendo… además, la operación sigue siendo riesgosa, los médicos indican que podrían extraer algunos órganos no vitales. La intervención dura aproximadamente 12 horas y ocho días en la Unidad de Cuidados Intensivos, en un país diferente donde se habla otro idioma”.
Sin embargo, Cynthia se mantiene optimista y confía en que muchas personas se unirán a su causa.
“Uno nunca se imagina que puede llegar a pasar por estas cosas, tenemos planes en la vida pero totalmente diferentes a los planes que tiene Dios para nosotros; no sé cuál sea el propósito de Él pero ya lo acepté, no puedo reclamarle nada a estas alturas después de haber pasado por muchas cosas difíciles. Ya no puedo preguntar ¿por qué?, ahora pregunto ¿para qué?”, dice ella.
“Aún no encuentro la respuesta, pero algún día lo entenderé, no soy la primera ni la última en pasar situaciones difíciles, pero con la ayuda de Dios y de personas solidarias tal vez pueda llegar a esa repuesta”, concluye.