El 2 de octubre del año 2000 abría sus puertas el Laboratorio de Biología Molecular del hospital San Juan de Dios para dar cobertura a nivel nacional a los pacientes en tratamiento por VIH, hoy, dos décadas después, vuelve a ser protagonista al asumir el 45 % del procesamiento de pruebas para la detección del coronavirus Sars-COV-2 causante del covid-19.
Entre marzo y setiembre de este año se han procesado 85 500 muestras covid en esa unidad. Para lograrlo necesitaron reinventarse, pasaron de ser cuatro funcionarios a 35 y fortalecieron todas las medidas de bioseguridad. El equipo trabaja 24/7 para ofrecer a la población resultados de la más alta calidad y de forma oportuna.
La doctora Ileana Balmaceda Arias, directora general del San Juan de Dios, expresó que los 20 años del laboratorio de Biología Molecular es una celebración de Costa Rica y de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), por tener la visión de abrir esta división para la atención en el año 2000 de forma prioritaria de los pacientes VIH positivos, “este primer paso fue el que permitió avanzar con otros virus como el de hepatitis C y B, por mencionar algunos, y más recientemente con los virus respiratorios además de Zika, Dengue y Chikungunya”.
De acuerdo con Balmaceda “hoy más que nunca se pone de manifiesto la importancia de un laboratorio como este, donde en la crisis sanitaria que estamos viviendo, el equipo ha sacado la tarea adelante, para abordar la pandemia de la mejor forma”.
Por otra parte, el doctor José Pablo Marín, director del Laboratorio Clínico del San Juan de Dios, expresó que desde hace varios años han fortalecido el equipamiento para tener los equipos más modernos, esto permitió que al inicio de la pandemia se procesara el 70% de las pruebas a nivel nacional, además resaltó que “en este momento estamos realizando el 45% porque la CCSS ha logrado habilitar otros laboratorios, incluso microbiólogos de Puntarenas, Liberia, Cartago y Pérez Zeledón han estado capacitándose en el San Juan de Dios».
El especialista comentó que “iniciamos hace 20 años con técnicas manuales, y conforme han pasado los años se ha ido mejorando la tecnología y nosotros contamos con los equipos más nuevos, al igual que los laboratorios de Estados Unidos y Europa para el diagnóstico molecular”.
La doctora Elizabeth Rojas, jefa del laboratorio de Biología Molecular, y que además ha trabajado en esta división desde su apertura, explicó que este 2020 ha sido un año retador, porque hubo muchos cambios, desde pasar de ser cuatro funcionarios, a formar un equipo de 35 personas, para lograr activar el laboratorio 24 horas, los siete días de la semana; para ella “actuaron de forma rápida para dar respuesta a la necesidad del país”.
Inicios del Laboratorio
La biología molecular trabaja con la genética de los virus. Este laboratorio abrió en el año 2000 para medir la carga viral de los pacientes VIH positivos; esto se hace para saber si el tratamiento está siendo efectivo, permite saber la cantidad de virus que hay en el cuerpo y con esta información los médicos pueden ajustar los tratamientos a los pacientes.
Antes de 1997 las personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) no recibían tratamiento, la enfermedad era sinónimo de muerte. En ese año la CCSS inició con los tratamientos para asegurar un impacto positivo en el paciente y era necesario verificar si estaban siendo efectivos, en esa época todas las cargas virales eran procesadas en el Centro Internacional de Investigación y Formación Médica de la Universidad de Louisiana, en Estados Unidos, que tenía un convenio con la Universidad de Costa Rica.
“Era una técnica muy especializada (nueva) por lo que la CCSS pagaba por estos servicios. Gracias a la visión de la doctora Marielos San Román Johanning, directora del Laboratorio Clínico del San Juan de Dios en esa época, se lleva la inquietud a los altos jerarcas de la Caja, para que, en vez de pagar servicios, el Laboratorio Clínico asumiera dichos análisis, así fue como inició la división de Biología Molecular como un laboratorio especializado en el procesamiento de cargas virales de todos los pacientes con VIH con tratamiento antirretroviral de todo el país” explicó Elizabeth Rojas, microbióloga.
En el 2001 incursionaron en el análisis de otros virus, como el de hepatitis C, especialmente en pacientes hemofílicos, para el año 2003 llegó el primer equipo de última tecnología el P7000 que permitía realizar análisis en tiempo real.
En el 2005 se contó con el primer extractor automatizado, era un robot que realizaba la extracción del ADN o ARN del virus. Ese mismo año se implementó la determinación del genotipo por hepatitis C, que trata de encontrar los cambios del genéticos de este virus, para el 2006 se introdujeron tres análisis más; carga viral por hepatitis B, citomegalovirus (CMV) y el genotipaje por secuenciación para ver las mutaciones del virus del VIH en pacientes con posibles resistencias al tratamiento.
Los años siguientes incluyeron nuevos virus para diagnóstico y análisis, destacan los virus respiratorios, además del Zika, Dengue y Chikungunya, todo esto con el fin de que los médicos brinden los tratamientos más adecuados para los pacientes.
En el 2013 el Laboratorio de Biología Molecular del San Juan de Dios recibió un premio a la excelencia por parte del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
Para el 2020, además de la detección del coronavirus Sars-COV-2, están innovando con lo último en tecnología de secuenciación, lo que permite de una manera precisa encontrar las resistencias de los antivirales en muestras de pacientes positivos por VIH abarcando más regiones donde el fármaco actúa, algo de gran ayuda para el médico tratante y que permite al paciente una mejor calidad de vida.
En el 2000 iniciaron con 400 diagnósticos de carga viral en pacientes VIH positivos, para el 2019 se realizaron 15 043, hoy procesan 1 000 pruebas Sars-COV-2 diarias.
“Yo le digo a mis compañeros que detrás de cada prueba, hay una persona, un corazón, un sentimiento, una familia que espera lo mejor de nosotros” finalizó Elizabeth Rojas, microbióloga jefa del Laboratorio de Biología Molecular del San Juan de Dios.