La vacunación contra la Covid-19 se estima que inicie en Costa Rica a partir del primer trimestre del 2021; sin embargo, las medidas sanitarias y protocolos de seguridad deberán continuar.
Esto porque a nivel mundial se desconoce el periodo de cobertura antiviral de la vacuna en el cuerpo y, sobre todo, por el espacio que debe existir entre la aplicación de la primera dosis con respecto a la segunda para lograr su efecto, así lo indicó Juan José Romero, coordinador de la Maestría en Epidemiología de la Universidad Nacional (UNA).
Romero resaltó que después de la primera vacunación, durante al menos las primeras tres semanas posteriores, las personas tienen que seguir con los protocolos de higiene, seguridad y distanciamiento social, porque la vacuna comienza a tener cierto efecto hasta después de tres semanas que se refuerza con la segunda dosis.
“Hasta que se aplique la segunda dosis tendremos un mayor margen de eficacia. Todo el primer mes, después de la primera vacunación deben seguir los protocolos de seguridad”, explicó el epidemiólogo.
Enfatizó que muy probablemente la restricción vehicular y otras restricciones de movilidad, campañas del lavado de manos, no romper burbujas, distancia física y social, así como evitar las tres C: contacto cercano, lugares concurridos y lugares cerrados, seguirán siendo la forma habitual, porque la cobertura será de momento, para cerca de tres millones de personas, que demorará más o menos año y medio para completarse.
El especialista de la UNA subrayó que: “durante el 2021 seguiremos con las medidas sanitarias vigentes y es muy probable que se realicen campañas para mantener algunas de ellas posteriores a la vacunación, pues no se sabe por cuánto tiempo la vacuna protege; hasta ahorita, hay algunos que dicen seis u ocho meses, pero no es certero”.
Romero manifestó que, a pesar de la vacunación, retornar a la normalidad que se vivía antes del 6 de marzo del 2020 en el país no será factible, porque hay cuestiones en la psiquis de las personas que generan cierta desconfianza o extrema precaución en algunos casos.
“No creo que se regrese a la antigua normalidad, pues solo hasta alcanzar cerca del 60% o 70% de algún grado de inmunidad mundial en las personas, tendremos una nueva realidad que se parezca en algo a la anterior”.
Aplicación de la dosis
Romero explicó que las primeras dosis de la vacuna se aplicarán de forma prioritaria a las personas ubicadas en la primera línea de defensa contra el coronavirus, personal hospitalario, policía, Cruz Roja, bomberos y después personas mayores de 60 años, aquellas con factores de riesgo, como hipertensos, diabéticos, cardiópatas, obesos y de ahí para abajo los factores de riesgo.
“Por el momento las vacunas no se aplicarán a toda la población, porque se están comprando vacunas para cerca de tres millones de personas. En cuanto a menores de edad y población económicamente activa, es probable que solo se apliquen ante la presencia de factores de riesgo como cáncer, cardiopatías, obesidad mórbida y tabaquismo”, reiteró Romero.
Asimismo, se definirá una cadena de distribución, desde los almacenes centrales de la CCSS, hacia las distintas áreas de salud, hospitales regionales y clínicas, para que las personas acudan de acuerdo con la región a la que pertenecen, con cita previa y otra serie de logísticas.
Por ejemplo, si es la vacuna de Pfizer, se debe inyectar solo en el vacunatorio del centro de salud, pues requiere de -80°C para preservarse y sólo mantiene su eficacia por pocos días a temperatura de refrigeración típica (5°C). En cambio, si es la de AstraZeneca, podrán ser aplicadas en los hogares por personeros de salud, en sus visitas domiciliarias, ya que la vacuna no depende de temperaturas estrictas para su conservación. Se aplicarán dos dosis con una diferencia de 21 días entre la primera y la segunda si es la de Pfizer y a los 28 días la de AstraZeneca.
El especialista enfatizó que las vacunas no brindarán inmunidad a todas las personas vacunadas, en vista de que se ha reportado que tienen cerca de 90% de eficacia vacunal, eso quiere decir que gente aún vacunada enfermó; aunque en mucho menor medida que quienes recibieron un placebo o una vacuna contra otro agente (grupo control), pero la idea es reducir hasta donde sea posible la probabilidad de enfermedad.
“Esperaríamos una reducción en la cantidad de nuevas infecciones hacia el final del segundo semestre del 2021, siempre y cuando, no se omitan las medidas no farmacológicas como las restricciones de movilidad, distanciamiento físico y social, higiene de manos y uso de mascarillas”, aseveró Romero.
Detalló que con la vacunación se espera tener menos personas enfermas y reducir la cantidad de enfermos graves. “Los efectos que veremos son la disminución en nuevas infecciones, reducción de personas hospitalizadas e internadas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y con ello la baja en las muertes, esa es la idea”.
Romero externó que, si bien a la fecha, se cuenta con pocos datos de las personas enfermas participantes en los ensayos clínicos de las farmacéuticas, lo positivo es que pocos han enfermado de gravedad y que ninguno ha fallecido, lo cual refleja un resultado promisorio de las vacunas.
Escrito por:
Johnny Núñez Z/Periodista. O.C-UNA